domingo, diciembre 27, 2009

Temperatura de oficina


-Ah, vos tenías frío, ¿no?- preguntó el jefe.

-Sí.

-Claro, tenés un problema… Tenés un problema con el termostato. Andá abajo a ver si te lo cambian.

Se levantó y caminó mecánicamente hasta el ascensor que la llevó al primer piso del edificio. Cuando salió al hall vio a través del vidrio a varios compañeros que habían tenido el mismo problema: a los que nunca habían podido ayudar del todo. Estaban arrumbados en el suelo, algunos se movían un poco todavía, otros perdían un líquido azul por agujeritos en el termostato.

Pensó que quizás ella terminaría así ese mismo día, no era la primera vez que la mandaban a cambiarlo.

Volvió a su cubículo con el aparatito nuevo instalado y siguió tomando llamadas.

-¿Te lo cambiaron?

-Sí.

-Ya no tenés frío, ¿no?

Dijo que no mientras se secaba discretamente el líquido azul.

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Publicado en "En el fondo" por No hay vergüenza Ediciones, (Bs. As., diciembre 2009) y finalista del concurso Paréntesis.

enelfondolibro.blogspot.com

1 comentario:

Turmalina13 dijo...

Muchas veces cuando llego a la oficina siento que el liquidito azul me empieza a circular donde habia sangre hasta hace un ratito nomás.
ser parte de un conglomerado duele tanto, eso sí, como ser una anomalìa.

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