
Eso es lo que pretendo averiguar a partir de este lunes. Teleperformance (TP) es la empresa voraz que me contrató hace casi tres años -9 de julio del 2003- y en la que voy a renunciar esta semana. De todas maneras tengo que agradecer al universo por haberme dado la oportunidad de trabajar ahí, conocí gente muy interesante y que pretendo mantener en mi vida y aprendí tantísimas cosas. Incluso ascendí, hasta aprendí a "develop people". En ese aspecto quiero expresar mi gran orgullo por todos mis pollitos. Los primeros que tuve, los que vinieron después y los últimos -primeros en el mundo durante varios meses-. Todos hicieron cambios increíbles -ellos también ascendieron- y si no lograron el cambio que se les pedía, al menos se esforzaron al máximo para trabajar mejor. Gracias, mis pollitos!!! Los voy a extrañar. Creo que no sé cómo es la vida sin pasar por una row entelada de color azul, de "telemarketers" sin que alguno te pare y te pregunte algo. Cómo es contestar preguntas directamente, sin preguntar yo primero "Te fijaste en Merlin?". Cómo es una renión laboral en la que no tenga que hacer malabarismos con mis palabras para justificar algún moco telefónico. Cómo es no tener que gritarle "Noooooooooo, Piruletti!!!" a algún pollito, desde mi computadora porque oigo alguna barrabasada y que todos los que están alrededor se mueran de risa. En fin, como soy una chica de mucha fe (???) creo fervientemente que existe una vida después de TP. Según dicen, mejor para todos los que logramos salir. Lo único que sé ahora es que estoy recontenta -ah, además porque ganó Argentina- y que los voy a extrañar.
Sobre la foto debo aclarar que no, nadie que esté tomando llamadas en un call center lleva esa ridícula sonrisa en su cara a menos que esté drogado o le vaya fantásticamente bien -cosa bastante poco probable- y nadie se viste tan bien tampoco, todos tratamos de ir de pijama en lo posible (por lo menos yo), si el cliente no te ve!!! Y la vista llena de plantas es otro mito fotográfico. Flufli.